Tuesday, August 21, 2007

The Hamptons

Aquí la temporada de verano empieza con Memorial Day (el último lunes de mayo) y termina en Labor Day (el primer lunes de septiembre). Esto es extraoficialmente, claro está, pero lo cierto es que este calendario afecta a todo, especialmente a los precios de los hoteles y a los alquileres de la época estival.

En estos tres meses los Hamptons se convierten en el sitio más 'in' para pasar el verano en Nueva York y, como tal, en una auténtica pasarela de ricos y famosos que o bien poseen una casa en la zona o bien están invitados a alguna de las 1000 y 1 fiestas y actos benéficos que se organizan durante el verano. Así, desde Jon Bon Jovi a Brooke Shields pasando por Gwyneth Paltrow y Chris Martin, Sir Paul McCartney o, como no, Donald Trump, por mencionar solo a unos pocos, se dejan ver por los Hamptons con sus familias durante esta época.

El neoyorquino de clase media también intenta hacerse un hueco en este selecto grupo y para ello recurre a los alquileres que tanto proliferan en esta época. El precio varía según el tamaño y comodidades que ofrezca la casa, la ubicación y el periodo de tiempo por la que se alquile, pero son en cualquier caso precios prohibitivos. Por ello, es común entre los jóvenes profesionales con cierto poder adquisitivo alquilar una casa entre varios y así repartir el coste, aunque no nos engañemos, esta fórmula tampoco está al alcance de cualquier bolsillo pudiendo llegar a costar una media de 4,000 dólares al mes por una habitación en una casa.

Los Hamptons están situados en Long Island y lo forman los pueblos y aldeas de Amagansett, Bridgehampton, East Hampton, Hampton Bays, Montauk, Napeague, North Haven, The Quogues, Sag Harbor, Sagaponack, Shelter Island, Southampton, Springs, Wainscott, Water Mill, Westhampton, y Westhampton Beach. Cada uno de ellos tiene un encanto especial y se puede apreciar como a medida que nos alejamos de la ciudad van pasando de pueblos casi urbanos a ser auténticamente pesqueros. Así, mientras que en el primero, Southampton hay boutiques de algunos de los mejores diseñadores, lujosos hoteles y restaurantes e impresionantes mansiones, en Montauk el paisaje da paso a un ambiente mucho más marinero donde se puede ver a los pescadores tomando una cerveza en alguna de sus tabernas.

De Nueva York a Southampton se puede llegar en autobús, tren o coche, en aproximadamente una hora y media y a Montauk en dos horas y media, todo ello dependiendo del tráfico que, todo sea dicho de paso, los fines de semana de verano es infernal. A primera vista parece pues un lugar perfecto para ir a pasar un fin de semana o incluso un día de playa, sin embargo, todo está pensado para ponérselo difícil al turista de a pie. La playa queda a casi 45 minutos de la parada de autobús y en temporada alta el coche se puede aparcar si se tiene un permiso de residente, algo que solo se puede obtener siendo propietario o inquilino de alguna de las casas.

Lo cierto es que debido a las dificultades con las que se encuentra el turista ocasional para acceder a la zona y a la estricta planificación urbanística que impide la proliferación de grandes construcciones, los Hamptons conservan espectaculares playas casi vacías que apenas están explotadas. Uno se puede tumbar al sol sin tener a nadie en un radio de 50 metros y contemplando una costa limpia con tan solo unas pocas casas construidas en madera y perfectamente integradas en el paisaje. Todo ello contribuye a una sensación de paz y tranquilidad que resulta difícil creer pueda existir a menos de dos horas de Nueva York.

No en vano los Hamptons han sido escenario de numerosas películas, entre ellas títulos tan conocidos como Annie Hall, Interiores, Poderosa Afrodita, más recientemente The Nanny Diaries y Something’s gotta give (Cuando menos te lo esperas). Especialmente ésta última es casi una oda a los Hamptons, donde se desarrolla la mayor parte de la película, y refleja a la perfección toda la belleza que encierra este increíble lugar.

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